lunes, 6 de octubre de 2014

Fortitudo Mundi

¿Qué sentirá el árbol cuando acaricio su vientre plano?
…Cuando mece la brisa al árbol, ¿Acuna vida?
¿Qué pensarán tan callados?

Y

¿Cómo ama un perro?

Y

¿Cómo ama un humano?

Si el uno fuese locura, el dos sería mal ceño;
Si el uno a penas duda, el otro se va corriendo…

¿Cuantos colores alcanzó a ver el pájaro?
¿Huelen los ríos distintos
Si los andamos descalzos?

Yo siento que la tierra se mueve
bajo mía,
Que palpita un puño de corazón de azufre.
Rugen las bocas,
Fuego escupen.

Llevo pie ritmoso, me vuela el pensamiento,
Se me escabulle.
Sueña amapolas; Trasforma nubes.
¿Cuántos relojes de arena en tu costa se rompieron,
memoria?

Y es que los recuerdos son dunas
Que el viento azaroso arrastró al mar,
Donde evocamos con los pies el presente:
Los pasos sobre la orilla no lo son para siempre.

Tú siente lo que está dentro de ti.
Se está perdiendo. Ellos aprendieron rápido a jugar;
conocían ya el juego…
Sirve de poco el recuerdo, sino se recuerda por adelantado.


¿En qué devenimos, humanos?