Una hormiguita subió
por el tallo,
Y se tambaleó jugando
con las demás,
Y se tambaleó el tallo;
nos tan callados.
El tallo movió otro
tallo,
Ese tallo movió su
flor,
Su flor movió los
pétalos
Y esos pétalos, una
abeja,
Que comenzó a flotar.
Nos tan callados.
Zumba más
La abeja
Que nuestros
Labios,
Zumba y nos
Prohíbe escucharnos.
Se acercó
La abeja
A tu boca
-¡Justo la abrías!-
Y tamborileó algo
En uno
De tus
Suspiros;
Y
Tú,
¿Lo dijiste?
La abeja marchó y el
ruido sellando tus labios
Y tú y ya no decías y
nada y me sonreías y feliz;
Y yo no sabía y qué
hacer, ¡Qué tortura! Y, ¿Lo dijiste?
No sé si entendí
Qué lograste entonar,
¡¿Qué cosa?! ¡¿Te
calló la abeja?!
Dime, porque se
imaginó mi oreja que decías
-silencio
de negra-
“Te quiero.”
Me he vuelto loco… ¿Lo
dijiste?
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